Pertenecen a todas las Cofradías y desfilan todos los días. Nazarenos sin túnica, nazarenos de cámara
Francisco Nortes – Director Sentir Cofrade
Hoy 19 de agosto, día internacional de la fotografía, queremos recordar este texto publicado en en la Cuaresma de 2015, en la revista ROSARIO CORINTO, de la Cofradía de la Caridad (Murcia). Va por todos los fotógrafos cofrades:
La maquinaria ya está lista, ¡una nueva Cuaresma se ha puesto en marcha! Es el preludio más hermoso a la mejor de todas las semanas, que por eso es Santa. No pensemos que esto viene de hace un par de meses, no. El engranaje de la Cuaresma y Semana Santa 2015 ya dio comienzo hace un año, cuando entró el último paso a Santa Catalina, fue ahí cuando nuestros hermanos corintos empezaban con un nuevo año.

Puesto en marcha todo ello, siempre hablamos de los nazarenos que hacen posible que un año más nazca una Semana Santa: los estantes y penitentes, las bellas mujeres de mantilla, los acólitos y las bandas. En justicia a todos, también hablamos de las madres o esposas, de esas personas que visten a los nazarenos en sus casas primorosamente, el pañuelo en la cabeza, el cíngulo y el rosario en su sitio, la sená llena de caramelos, monas y estampicas de la Virgen o de Cristo. Bien es cierto que cada vez se les tiene mucho más en cuenta a todas esas personas que, aún no desfilando, forman parte de todo el dispositivo cofrade, y nuevamente, es digno de reconocer.
Desde Octubre de 2009, en que empezara a caminar Sentir Cofrade, hemos vivido cientos de momentos al lado de nuestras Cofradías de Murcia, tanto de la capital como del resto de la Región. Nuevos amigos salían a nuestro encuentro, prestando su ayuda o simplemente compartiendo agradables conversaciones, al paso de nuestras imágenes. Y yo, con el permiso de todos ustedes, me detengo en ellos. Si, la Semana Santa son imágenes y devociones, flores y caramelos, bandas de música y penitentes, también lo son cámaras y fotógrafos. Si amigos, si. Ellos también merecen un homenaje y, humildemente, quiero rendirlo desde estas líneas.

Son nazarenos sin túnica, pero la llevan puesta, es su cámara. Las acreditaciones para acceder al templo o permanecer en la carrera son sus medallas, y las fotografías que hacen, son una sená llena de sentimientos hechos recuerdos. Algunos llevan a cuestas su equipo por trabajo, les han encargado un reportaje, bien la Cofradía o algún particular. Ellos, como profesionales, como buenos artistas que son (al igual que los escultores u orfebres) lo preparan todo con celo y esmero. El objetivo limpio, tarjetas y baterías preparadas… ahora toca echarse a la calle. Empieza su particular procesión. Los hay que quieren verla salir, otros la esperan aguardando por las esquinas mas recónditas de esta ciudad. Los vemos a montones, en las tribunas, entre las filas de gente, debajo de un trono, desde un balcón… Todos, sin darnos cuenta, hemos confeccionado la Archicofradía del Recuerdo, y digo bien, Archicofradía, puesto que la fotografía merece ese rango. No sobra nadie, caben todos, desde el más profano, al más estudioso de todos. No me quiero olvidar de la otra parte, de esos numerosísimos fotógrafos que, cada año, a cada procesión (de Gloria o de Pasión), nos proporcionan magníficos reportajes que, desinteresadamente, publican en sus perfiles de redes sociales o en sus blogs/páginas webs. Como vemos, estos nazarenos sin túnica, esta Archicofradía, tiene su sede en el avanzado mundo de Internet.
Ahora, nos parecerá un poco vano todo ese trabajo, pero.. un momento ¿se acuerdan de la primera procesión del Cristo de la Caridad o de su histórica peregrinación al Barrio del Carmen? Hechos relativamente recientes pero que ya forman parte de la historia de la Murcia Cofrade y ahí… ahí estaban ellos para inmortalizarlo, para disposición de todos sus devotos, para su uso y disfrute una y cuantas veces se quiera. Gracias a ellos hemos podido conocer el trono de Ntra. Sra. de las Angustias con sus altos brazos de luz cuajados de tulipas rizadas. ¿Y el Cristo de la Sangre? Gracias a esas fotos hemos podido conocer al resto de angelicos que lo acompañaron en tantísimas procesiones, y no solo eso, hemos podido ver el paño de pureza que le cubría la cintura, y su larga cabellera que lucía antaño (recuperada en su VI Centenario). Pero no solo Semana Santa, no podemos olvidarnos del resto de Cofradías y Fiestas, de las Romerías de la Fuensanta, la hemos visto antes y después de la Guerra Civil, en el tren camino a Zaragoza, coronándola encimica del Puente de los Peligros en el lado del Barrio, sus visitas a las Parroquia de la ciudad en el año 52… ¿Lo ven? Es de vital importancia la presencia fotográfica que de testimonio de todo lo acontecido. Un pueblo que no sabe su historia, no tiene futuro. La grandiosidad de los avanzados mundos cibernéticos nos las devuelven y las mantienen más vivas aún.
Por eso, es digno de mencionar a los reporteros cofrades, a esos nazarenos sin túnica. Nazarenos sin túnica en la calle, si, pero ¿y después? Después convierten sus lugares de trabajo en auténticos talleres artesanales, bien comparables a los más prestigiosos bordadores o escultores. Seleccionan el material que es aprovechable y, al igual que el escultor va desbastando la madera para dar forma, los fotógrafos, van esculpiendo sus fotos impregnadas de tradición y arte.
Y que curioso, como todo ciclo de la vida, esas obras, ya sirven de bocetos para un nuevo año, para realizar otras fotografías, se reinvierte el papel y vuelta a empezar, nuevas imágenes, nuevos enfoques… la Semana Santa de los nazarenos sin túnica.
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