Con manto morado y acompañando a Jesús Sacramentado, la imagen vicaria de la Patrona salió al atrio de su Ermita
Francisco Nortes – Director Sentir Cofrade

La bella imagen de Sánchez Lozano expuesta en veneración © FcoNortes

Imagen vicaria de la Patrona de Mula © FcoNortes

Mula despertó, como cada 23 de septiembre, con la inmensa alegría de festejar a su Patrona, la Santísima Virgen del Carmen. Tras el rezo del Solemne Novenario, concluidos los cultos del Niño de Mula, los carmelitanos se dispusieron a rendir honor a la Madre del Monte Carmelo.

Este año Santa Teresa y San Elías no sacaron en procesión a la Virgen, este año custodiaron su bendita imagen desde casa, en su ermita. Allí aguardaban la visita de cuantos se postraron ante la Patrona, quien se presentaba a los pies del altar, acompañada por los ángeles de su camarín, enmarcada en un dosel de color encarnado. Bajo la atenta mirada de la Samaritana, Nuestra Señora del Carmen, fue de nuevo guardiana y sagrario del pesar, de las alegrías, y de los sentimientos de sus hijos muleños. De nuevo Ella acompañando a lo que más quiere, sus hijos. De nuevo la Madre saliendo al paso de cuantos la necesitan. Todo un acierto, ante la falta de la procesión, poder acercar la sagrada imagen al pueblo, sin duda.

Al concluir la Santa Misa la Cruz alzada precedía el pequeño cortejo, seguido por el paso con la imagen vicaria de la Patrona, luciendo el manto morado con motivo de la rogativa y cerrando el Santísimo Sacramento portado por el Párroco de Santo Domingo. Entre el incesante volteo de campanas, la pólvora que estallaba en el aire, se bendijo a Mula y al mundo entero desde tres puntos diferentes del atrio de la ermita. A su regreso a la misma el aplauso y los vivas dieron paso al canto de la Salve ante la Patrona de Mula, esperando volver a la tan ansiada normalidad que todos necesitamos.